Microscopios, filtracionistas y no filtracionstas By Alberto Borras Gabarro
Sobre el Autor: Alberto Borras Gabarro es un extraordinario escritor de la Revista enigmas, entre otras, Es Originario de Madrid, España y es muy recocido por sus Temas sobre lo Enigmatico y lo sobrenatural. Desde Madrid, con ustedes Alberto Borras...
Microscopios, filtracionistas y no filtracionistas. Uno de los problemas de Reich es que los microscopios de los años 30 y 40 eran insuficientes para evidenciar claramente que los Biones eran entidades previtales. Los electrónicos más modernos llegan a 400.000 aumentos, pero sus electrones a alta velocidad impiden el examen de elementos vivos como son los Biones. Sin embargo, en los años 30 ya existía un microscopio óptico capaz de 5.000 e incluso 30.000 aumentos con una excelente definición. Se trataba del invento de un autodidacta llamado Royal Raymond Rife. Estaba preocupado por el problema del cáncer y habiendo observado en malas condiciones con los microscopios de los años 20 unas minúsculas partículas que relacionó con esa enfermedad, decidió inventar un microscopio mucho más potente que aclarara su papel. Tuvo apoyos médicos que colaboraron. Su modelo más complejo constaba de 5.682 piezas, montadas en un voluminoso banco óptico con 14 lentes de cuarzo, transparente a los ultravioleta. Iluminando las células o bacterias con frecuencias muy precisas, éstas se excitaban y emitían luz propia, que era lo que se veía, fotografiaba e incluso filmaba. Con su nuevo microscopio de 20.000 aumentos encontró unas formas bacilares animadas de 0,05 micras, de color púrpura, que atravesaban los filtros. Como no sabía cómo llamarlas, las bautizó BX (Bacilos X). Estos BX, inyectados a nada menos que 400 ratas, desarrollaron enormes tumores cancerosos. En ellos se encontraron las formas BX que recuerdan a los Bacilos T de Reich.Desde principios del siglo XX, entre los bacteriólogos, había una virulenta polémica entre pleomorfistas o filtracionistas, que sostenían que las bacterias adoptaban múltiples formas, algunas tan diminutas que traspasaban los filtros más tupidos, y los monoformistas o no filtracionistas: las bacterias del mismo género siempre eran más o menos iguales y no pasaban los filtros. El líder del filtracionismo fue célebre médico y explorador polar sueco, Ernst Bernhard Almquist, que tuvo muchísimos seguidores en Europa y América. Uno en España fue el Dr. Xalabarder. Importantes filtracionistas de EEUU, como Edward C. Rosenow y Arthur Isaac Kendali, en 1931, al enterarse de los trabajos de Rife, colaboraron con él, aportando sus experiencias y comprobando que estas diminutas formas filtrables eran capaces de reproducirse y tomar otras formas. Precisamente, dentro del ciclo de evolución de estos BX, como bacilos mayores, levaduras, hongos... describían unos micro elementos azul turquesa, como los que diez años después Reich llamó Biones. Rosenow, que era una autoridad, escribió: "los cuerpos ovalados azul turquesa descritos por Kendali y Rife, han sido demostrados sin lugar a dudas'. La diferencia entre estas formas filtrables y los virus, que también pasan los filtros, es que aquéllas se pueden cultivar en medios normales, sin células vivas. Los virus, para reproducirse, requieren células vivas, a las que parasitan y roban el ADN.Después de los años 30 los filtracionistas fueron combatidos, silenciados y aplastados dentro del marco académico. Los no filtracionistas estaban mejor organizados y contaban con el apoyo de la incipiente industria farmacéutica. Las revistas médicas, financiadas en gran parte con su publicidad, se negaban a publicar sus trabajos. Por ello no extraña que Reich no citara a los filtracionistas, y podría haberse apoyado en ellos; O quizá en su egocentrismo los despreció. Ahora, en el 2001, nadie se acuerda de estos herejes. No es posible localizar los miles de fotografías y muchos metros de película que hizo Rife. De los varios microscopios que construyó en EEUU sólo ha sido posible localizar en San Diego (California) piezas de uno que no ha sido posible reconstruir. Otro se halla en el Wellcome Museum de Londres.
Alberto Borras Gabarro